Qué tener en cuenta al momento de elegir mi silla de oficina
María es una contadora excepcional, responsable y sumamente eficiente en el rol que desempeña en una de las compañías más importantes de su ciudad, además es mamá y una buena esposa, apasionada por el deporte y excelente chef.
Si bien María es una mujer bastante activa por sus hobbies y roles que desempeña, empieza a padecer dolores muy fuertes en su espalda baja, aunque siempre los tuvo, no eran tan intensos como ahora, además ya no es solo su espalda si no también su cuello y aunque su esposo le hace algunos masajes antes de dormir el dolor no disminuye.
María empieza a tomar algunos medicamentos para el dolor y poder descansar en las noches pero con el tiempo dejan de ser efectivos. Poco a poco María deja de dormir por el dolor, eso la hace estar malhumorada todo el día, ya no tiene toda la disposición y empieza a cometer repetidos errores en su trabajo, no tolera estar sentada en la vieja silla de oficina que tiene y su rendimiento disminuye incluso cuando hace deporte y sale a correr pues siente que su dolor lumbar es demasiado fuerte.
Así es como María por no darle la relevancia que se merece a su elección de silla de trabajo con el tiempo empieza a pagar el precio por su desinterés al momento de elegir una buena silla y decidió comprar la negra y más económica.
Una encuesta realizada por la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo, dice que más de la tercera parte de los trabajadores sufre dolores de espalda por una mala postura durante sus jornadas laborales y la forma más fácil de mejorar esto es sentarnos en una buena silla que nos permita adoptar una buena posición para trabajar.
Qué tener en cuenta al momento de elegir mi silla de oficina
Asiento: Es muy importante que sea regulable en altura, ya que podremos fijar la posición de nuestro torso respecto a la mesa de trabajo. Si la silla queda demasiado baja, sufrirá nuestra zona lumbar. Si es demasiado alta, forzaremos las vértebras y músculos de la parte dorsal y el trapecio. También debe permitir modificar su colocación respecto al respaldo para que nuestro abdomen no se vea comprimido, lo que nos causaría problemas de circulación y digestivos. En cuanto al tamaño, debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos y estar cómodos.
Respaldo: Es una de las partes más importantes de la silla. Debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es aconsejable que sea regulable en inclinación.
Altura de respaldo: Es muy recomendable que la altura sea regulable y que el respaldo tenga una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda. Algunos modelos permiten añadir un reposacabezas en la parte superior que ayuda a descansar las vértebras de la zona dorsal sin someter la columna a excesivas torsiones.
Apoyabrazos: Deben permitirnos mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º mientras escribimos en el ordenador, a la vez que sirven de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación y deben ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al levantarnos de la silla. Por otro lado, es aconsejable optar por modelos que nos permitan variar la altura y posición de los apoyabrazos, así como regular su separación con el asiento de la silla. No deben en ningún caso oprimirnos las caderas ni tampoco impedir que podamos colocarnos cerca de la mesa.
Base: Las ruedas en la base permiten una mayor comodidad para cambiar de postura o desplazarnos en el puesto de trabajo. La base debe tener cinco puntos de apoyo. Algunos modelos dejan colocar distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza, ideales para adaptar la silla a los diferentes suelos que podemos encontrar: moqueta, parquet, gres, etc.
Tapizado: Para una mayor comodidad, el tapizado debe ser transpirable y estar diseñado para soportar el uso continuado.
Haz clic aquí para conocer las sillas ideales para ti